Fue el 3 de julio de 2019, alrededor de las 3 de la mañana, cuando Ángel Montañez, de 42 años, asesinó a su suegra Lidia Herrera, de 65 años, al interior de su departamento mientras sus tres hijos de 4, 6 y 10 años se encontraban durmiendo en una de las habitaciones.
El hombre de origen hispano fue sentenciado a 25 años de cárcel a cadena perpetua por el juez de la Corte Suprema del condado de Wastchester, Jame McCarty, luego de que un jurado lo encontrara culpable del asesinato en mayo pasado.
De acuerdo a declaraciones del fiscal Darcel Clark publicadas por el New York Post, el acusado mató a la abuela de sus hijos mientras los tres menores estaban en su departamento, los niños habrían despertado debido a los gritos de la mujer.
“Dos de ellos presenciaron el asesinato y viven con ese trauma. Un jurado lo encontró culpable de asesinato en segundo grado y pasará muchos años en prisión por destruir tantas vidas en un sólo acto atroz”, señaló Clark en la corte.
Según la evidencia citada por la fiscalía y reproducida por el New York Post, la víctima tenía una orden de restricción contra Montañez, con quien tenía conflictos por la custodia de sus tres nietos. Los niños vivían con ella en su departamento ubicado en la avenida Sheridan y la calle 168 en el vecindario Morrisania, en El Bronx.
Esa noche Montañez ingresó al departamento y tras una discusión con Herrera relacionada con la custodia de los niños, le habría dado un golpe en la cabeza y luego la estranguló con un cable de computador en su dormitorio. Aparentemente la discusión se tornó violenta cuando Herrera le recordó al sujeto que no podía estar en el lugar debido a la orden de restricción que ella había interpuesto.
Habría sido uno de los niños quien contactó a la policía tras encontrar a su abuela con el cable enrollado al cuello recostada en su cama y darse cuenta que no reaccionaba. Al llegar al lugar la policía encontró a la mujer tendida boca abajo, y fue pronunciada muerta en el lugar.
La víctima sufrió una fractura de hueso hioides y cartílago tiroides, abrasiones y hematomas, entre otras lesiones tras el brutal acto que acabó con su vida. No se revelaron detalles sobre dónde se encuentra la madre de los niños, o por qué el sujeto no tenía la custodia de los menores.