El pasado 14 de febrero de 2024, con la conmemoración católica y litúrgica de la imposición de la Santa Ceniza, se dio inicio al periodo de la Cuaresma, 40 días previos a la Semana Santa, en que católicos y cristianos se preparen para recibir la fiesta de la Pascua.
Existe la creencia errónea que el tiempo cuaresmal, termina con el inicio de la Semana Santa, pero la realidad es que este concluye en el atardecer del Jueves Santo con la Misa del Señor o Liturgia de la Última Cena. En este 2024 la Cuaresma finaliza el día Jueves Santo, 28 de marzo.
Origen de la Cuaresma
El origen de este tiempo de reflexión, ayuno y penitencia, simbolizan los cuarenta días que Jesús paso en el desierto, solo, preparándose para cumplir con su misión publica de replicar la palabra de padre.
Significado de la Cuaresma
El significado de estas seis semanas y media está en que todos los católicos estén prestos a recibir de nuevo a Jesús de una manera renovada. La pascua del señor tiene que llegar en una mente y un cuerpo limpio de pecado, y con una disposición a ser mejores seres humanos. Algo en nosotros debe cambiar para bien, para estar mas cerca de las manos de Dios y su hijo.
Los 40 días de Jesús en el desierto
Jesús pasó en el desierto cuarenta días antes de empezar a predicar la palabra de dios, y en la biblia, los evangelios sinópticos (Mateo, Lucas y Marcos), cuentan que luego de que Jesús fue bautizado por Juan en el Río Jordán, fue conducido al desierto por el espíritu de Dios para prepararse para la misión que el Padre lo había enviado a cumplir.
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1), narra el versículo de la biblia, y aunque la palabra tentar se entiende como persuadir a alguien para que haga algo malo, en la biblia, tiene un significado distinto, el cual es probar y purificar a alguien para ver si está listo para una tarea.
¿Por qué al desierto?
Un lugar árido, sin vegetación, agua, peligroso, difícil de conservar la vida por mucho tiempo en él; de hecho en la época de Cristo, para el pueblo de Israel y muchos de sus líderes, este lugar significaba un lugar de prueba, encuentro y renovación.
La última Cena y su importancia
El término “Última Cena” se refiere a la comida final que Jesús compartió con sus discípulos antes de su juicio y muerte en la cruz. La Biblia nos dice que esta comida también fue una cena de Pascua. Dios ordenó que todos los años los judíos conmemoren el milagro de la Pascua cuando perdonó la vida de sus primogénitos y los liberó de la esclavitud en Egipto. Justo antes del éxodo, Dios había advertido a los israelitas que sacrificaran un cordero y pintaran los marcos de las puertas de sus casas con su sangre para que “pasara” por encima de su casa, evitándoles así la plaga de matar al primogénito (Éxodo 12).
Cada año, los judíos celebran este evento con una cena de Pascua y el Festival de Panes sin Levadura de siete días. Jesús entró a Jerusalén para celebrar este festival y dijo a sus discípulos: “Entonces les dijo: He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer”.
Los judíos entendieron que esta comida representaba cuándo y cómo Dios los había redimido de la esclavitud y los había llevado a la libertad, pero Jesús estaba ansioso por agregar un nuevo significado a esta comida. Antes de la cena, Jesús se humilló a sí mismo como un respetado rabino (maestro) al desempeñar el papel del sirviente y lavar los pies de los discípulos. Después, Él dijo: “Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.”
Más tarde, durante la comida, “Jesús tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció a sus discípulos diciéndoles: Beban de ella todos ustedes. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados.” Con estas palabras Jesús sello el “Pacto” prometido por Dios a su pueblo: “Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados”
El evangelio de San Pablo lo explica así:
“Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga.” (1 Corintios 11:26).
La comunión nos recuerda que la sangre de Jesús es lo que trae perdón por nuestros pecados. Su Última Cena en la noche de la Pascua es una ilustración física de cuándo y cómo Dios hizo posible que no solo el pueblo judío, sino todas las personas sean redimidas y liberadas.
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