Getty Images El futbolista brasileño Robinho fue condenado a nueve años de prisión en Italia por violencia de género.
El futbolista brasileño Robinho atraviesa horas complicadas, ya que en Italia han ratificado la condena a nueve años de prisión para el ex Real Madrid por la presunta violación de una mujer en 2013, cuando todavía era futbolista del Milan.
Según informa La Gazzetta dello Sport, los jueces de la Corte de Apelaciones de Milán desecharon la apelación de Robinho y, en consecuencia, continúa firme la sentencia dispuesta por un tribunal italiano.
Robinho’s nine-year jail sentence over gang rape upheld by Italian court after Brazilian’s appeal t.co/UUYp05W00T
Pero Robinho, de 36 años, no es el único condenado por haber ejercido violencia sexual contra una mujer albanesa de 22 años: el citado medio italiano añade que Ricardo Falco, un amigo del exfutbolista de la Selección de Brasil, también recibió nueve años de prisión como condena.
De acuerdo al diario británico The Sun, Robinho ya fue notificado y ahora apunta a una segunda apelación ante un Tribunal de Casación. En tanto, el mismo medio aclara que, según la ley italiana, el exdelantero del Manchester City no será sentenciado hasta que finalice el proceso de apelación.
“[Fue] una investigación bien hecha, en serio, con una sentencia de primer grado correcta. Profesionalmente, estoy muy satisfecho, sobre todo por la víctima”, declaró el fiscal Cuno Tarfusser, en diálogo con UOL.com, tras conocerse el fallo adverso para Robinho.
Detalles del caso que involucra a Robinho
En cuanto a la causa por la cual Robinho es condenado a nueve años de prisión en Italia, La Gazzetta dello Sport detalla que, según los investigadores, el futbolista brasileño y sus amigos -cuatro de los cuales nunca fueron identificados- emborracharon a una joven albanesa de 22 años durante la noche del 22 de enero de 2013 hasta dejarla inconsciente, y luego la violaron en grupo.
Sin que la víctima pudiera defenderse, la llevaron a un lugar apartado de una discoteca de Milan, donde la joven celebraba su cumpleaños. En este sentido, la defensa de Robinho produjo cuatro consultas técnicas, incluidas fotos tomadas de redes sociales que tenían como objetivo mostrar que la niña solía beber alcohol.
Sin embargo, los jueces de apelación confirmaron el veredicto de primera instancia, emitido en noviembre de 2017, ya que según ellos Robinho y su amigo mostraron “absoluto desprecio” por la niña “expuesta a reiteradas humillaciones, así como actos de violencia sexual “.
De las escuchas telefónicas difundidas por distintos medios, se desprende que la joven fue descrita “con epítetos y términos que a menudo eran toscos y despectivos, signos inequívocos de falta de escrúpulos y casi conciencia de la futura impunidad”.
En consecuencia, tanto Robinho como su amigo Ricardo Falco fueron condenados a pagar 60 mil euros -cerca de 73 mil dólares- a la víctima que, de acuerdo a lo que constataron los jueces en primera instancia, después de casi cuatro años “todavía mostraba los signos” de un “trauma psíquico”, señala La Gazzetta dello Sport.
Su cuarto ciclo en Santos quedó trunco
Cabe recordar que Robinho había acordado su regreso a Santos de Brasil en octubre de este año, pero al poco tiempo las autoridades del club paulista determinaron la anulación del contrato en virtud de las presiones recibidas por distintos sponsors.
“Con mucha tristeza en mi corazón, vengo a decirles que tomé la decisión con el presidente -Orlando Rollo- de suspender mi contrato, en este momento complicado de mi vida, Mi objetivo siempre fue ayudar al Santos Futebol Clube y si de alguna manera me interpongo, será mejor que salga y me concentre en mis cosas personales”, argumentó Robinho mediante un video filmado tras desvincularse del “Peixe”.
Asimismo, dejó palabras para los fanáticos del club que lo lanzó al estrellato: “Para los fanáticos del Peixe y los que me quieren, probaré mi inocencia”.
Días más tarde Damares Alves, ministra de Derechos Humanos y Familia de Brasil, fue muy dura con Robinho y exigió que vaya a la cárcel cuánto antes. “Prisión, ahora. No tengo más palabras que añadir”.