¿Qué es el mes del orgullo y por qué se celebra en junio?

Un polaco ondea una bandera del arcoíris mientras participa en el desfile del Orgullo Gay el 7 de junio de 20008 en Varsovia.
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Un polaco ondea una bandera del arcoíris mientras participa en el desfile del Orgullo Gay el 7 de junio de 20008 en Varsovia.

El mes de junio llegó, y con el llegan treinta días en que los colectivos de personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales se manifiestan públicamente, para demostrar que son parte integrante de la sociedad, de la que exigen un trato igualitario, digno, de respeto, reconocimiento y sobre todo de garantía a sus derechos y libertades.

Exactamente, el día martes 28 de junio será la conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBTQ+, y la jornada estará enmarcada por la manifestación de miles de personas que a lo largo y ancho del mundo pedirán por el cese a la discriminación y criminalización de esta comunidad por parte de ciudadanos del común, de la iglesia y de los estados.

¿Por qué se escogió esta fecha?

El mes de junio, recuerda a todas las victimas que dejó el enfrentamiento entre la autoridad policial y los asistentes a un bar gay de Greenwich Village, Nueva York, el día 28 de junio de 1969.

Ese día en horas de la madrugada, ocho oficiales que realizaban redadas por los establecimientos nocturnos de la zona ingresaron al bar Stonewall Inn, en donde departían cerca de doscientas personas homosexuales que gustaban de este sitio por el ambiente de libertad que se vivía en él, pero cuyas conductas eran castigadas por las leyes estadounidenses del momento que no permitían la homosexualidad, ni las conductas indecentes, y que exceptuaban solo al estado de Illinois.

“Era un lugar increíble. En ese bar podías ser tú mismo. Aunque era un tugurio, aunque lo manejaba la mafia, estábamos felices de tener un lugar para nosotros”, relató a la AFP Martin Boyce, de 71 años, frente al Stonewall Inn, declarado monumento histórico nacional por el expresidente Barack Obama en 2016.

Esa madrugada, el exceso policial durante el allanamiento del lugar, condujo a que los ánimos se caldearan y que los asistentes no cooperaran con la diligencia. Todo empeoró ante el intento de los oficiales por conducir a todos los asistentes a un centro de detención, pero mientras llegaban las patrullas de traslado, se desató un enfrentamiento entre homosexuales y policía, que dejó como saldo trece ciudadanos apresados, y un oficial herido.

“Fue la primera vez que nuestra comunidad aprisionó a la policía, que hasta entonces siempre nos había aprisionado a nosotros”, así lo describe Mark Segal, veterano de las protestas del Stonewall Inn, la primera de las seis noches de disturbios que hace 50 años desencadenó la revolución gay.

Mientras que, indica el bar que “por primera vez en la historia, la comunidad se negó a aceptar el status quo de opresión y se defendieron a sí mismos y, en última instancia, a la comunidad gay global”.

Desde ese momento, y por seis días más, las protestas no pararon, y en las calles y paredes los mensajes de manifestantes pidiendo visibilizar sus reclamos no pasaron desapercibidos. La solidaridad y el apoyo congregó más multitudes alrededor de la exigencia de respeto a la comunidad gay.

Publica SwissInfo, que comenzó así “la batalla por el control del corazón del gueto gay”, según David Carter, autor del libro “Stonewall.

De hecho, las seis noches de protestas dieron nacimiento al movimiento de liberación gay, que se tornó masivo, y a asociaciones como el Gay Liberation Front y la Gay Activist Alliance que inspiraron a miles en el mundo.

El relato de quien lo vivió

De acuerdo con SwissInfo, cuando Boyce, hijo de un taxista neoyorquino, llegó al Stonewall Inn en la noche del viernes con un amigo, el bar estaba repleto y la redada había comenzado. Entre los echados del bar por la policía y la gente fuera, había unas 200 personas.

Vio una camioneta policial “y un policía empujando dentro a una ‘queen’. Ella lo pateó en el hombro con sus tacones y él se metió en la camioneta y sentimos golpes, gemidos, el palo dándole contra los huesos”, contó.

– “Listos para luchar”, el policía “nos gritó ‘¡Maricones, se acabó el show, váyanse!’ (…) Pero en vez de obedecerle como siempre, empezamos a caminar hacia él”, relató.

El policía “tomó su palo e iba a levantarlo otra vez, pero vio nuestras caras y se vino abajo, y corrió hacia el bar” junto a varios colegas, uniéndose a otros agentes que ya estaban dentro, de civil.

“Hicimos un semicírculo frente al bar y empezamos a tirarles monedas de un penique (un juego de palabras, porque policía es ‘cop’ en inglés y los peniques son de ‘copper’, bronce), y luego la pelea escaló” con latas, botellas, adoquines, ladrillos y cócteles molotov.

Los manifestantes arrancaron un parquímetro y trataron de forzar la puerta del bar, y hubo intentos de incendiar el local.

Por primera vez Boyce sintió que había “un consenso”. “Estábamos listos para luchar”. Los enfrentamientos duraron toda la noche. “No pudieron parar la protesta, los agotamos. Porque los gays conocíamos el Village como los indios conocen la selva”, dijo Boyce, que esa noche recibió un bastonazo en la espalda.

Para Boyce, “Stonewall es un verbo, una palabra de acción, y siempre lo será”. “Hicimos famoso ese bar, y el bar nos dio la libertad. ¡Buen intercambio!”, concluyó riendo.

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