Dada la relevancia a nivel mundial que significa el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, una importante cantidad de medios de comunicación internacionales enviaron corresponsales de guerra hacia Kiev, la capital ucraniana, para obtener información de primera mano sobre cómo se van desarrollando los primeros bombardeos entre ambas fuerzas. Sin embargo, los periodistas que afrontan ese arriesgado desafío ponen en peligro sus vidas por cumplir con el deber de informar y realizar bien su trabajo.
Es el caso de Matthew Chance, cronista de la CNN que por estas horas se encuentra en suelo ucraniano para reportar todo lo que ocurra en la zona caliente del enfrentamiento. El periodista, habitual corresponsal de la citada cadena de noticias en Moscú, Rusia, se trasladó hacia el punto central del conflicto entre rusos y ucranianos y, durante uno de sus informes, vivió un momento de suma tensión.
Todo ocurrió durante la madrugada de este jueves, cuando Chance daba detalles de los primeros avances rusos sobre terreno ucraniano. Hasta allí iba todo bien y en tranquilidad, pero de un momento a otro se escuchó un estallido muy cerca de su posición y tuvo que interrumpir su reporte.
“Acabo de escuchar una gran explosión detrás mío”, atinó a decir Chance previo a que decidiera colocarse el chaleco antibalas en vivo. “En este momento se están produciendo más explosiones en Kiev”, indicó.
Acto seguido, el experimentado periodista salió de cámara, buscó entre sus pertenencias y tomó el chaleco antibalas con la inscripción “PRESS” (“PRENSA”, por su traducción al español), con el cual puede ser identificado por las fuerzas que estén llevando adelante el ataque. como corresponsal de guerra.
Para confirmar de que el chaleco estaba puesto correctamente, Chance solicitó la ayuda de un productor detrás de cámara, quien apareció en escena y verificó que, efectivamente, el periodista lo había hecho bien a pesar de estar en vivo para millones de espectadores en todo el mundo. Luego procedió a ponerse un casco similar al que utilizan los militares, dando cuenta del peligro que conlleva realizar coberturas de guerra.
Matthew Chance también fue testigo de cómo las fuerzas rusas tomaron el control de un aeropuerto en Kiev
Durante otro tramo de su destacada cobertura en el lugar de los hechos, Matthew Chance tuvo la oportunidad -y el privilegio- de registrar el momento exacto en el que soldados rusos tomaban el control del aeropuerto militar Antonov, ubicado a unas 25 millas del centro de Kiev.
Según su informe, Chance logró dialogar con el comandante en tierra de las fuerzas rusas en ese lugar y le confirmó que estaban tomando el control de la terminal áerea ucraniana, a pesar de que de fondo se escuchaban algunas detonaciones.
Mientras Chance realizaba su crónica, los militares rusos se trasladaban a otro sector del aeropuerto Antonov y transportaban parte de su armamento. “Nos permitieron entrar y estar con ellos mientras defienden el perímetro de esta base aérea aquí, donde están las tropas transportadas por helícopteros”, contó el corresponsal de la CNN.
Además, confirmó que se trataban de tropas rusas por unas franjas naranjas y negras en los uniformes de los soldados.
Chance también citó a fuentes del gobierno ucraniano, diciendo que crece el temor por que Putin y sus tropas quieran controlar el poder en Ucrania e instalar una administración pro rusa para destronar el poder que ostenta el actual presidente Zelenski.
Civiles ucranianos neutralizaron a un soldado ruso en Ojtirka
Uno de los violentos enfrentamientos entre ucranianos y rusos ocurrió en la ciudad de Ojtirka -también conocida como Akhtyrka-, donde algunos civiles lograron neutralizar a un soldado ruso e incluso filmaron su cuerpo.
La filmación que circula en redes sociales muestra a un militar ruso sin vida tirado en una de las calles de Ojtirka, mientras su cuerpo es filmado por vecinos de una ciudad que sufre las consecuencias de los choques armados entre ambas facciones.
Hasta el momento, las autoridades rusas no confirmaron la cantidad de bajas durante las primeras horas de ataques. No obstante, el Ministerio de Defensa de Rusia señaló que las Fuerzas Armadas lograron inhabilitar tras sus ataques 74 instalaciones de la infraestructura militar de Ucrania, entre ellas 11 aeródromos, 3 puestos de mando, un puesto de operación de la Armada ucraniana y 18 estaciones de radar de los complejos de defensa antiaérea S-300 y Buk-M1, según informa el medio RT.
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