Este miércoles 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida, y el presidente Joe Biden emitió una proclama, en la que abordó los retos que el país tiene para poder hacer realidad el plan de erradicar la epidemia por completo.
En su proclama, el líder demócrata destacó que aunque ha habido “progreso notable” desde que se conoció el primer reporte oficial de contagios de VIH, hace ya 40 años, la enfermedad sigue siendo “un serio desafío de salud pública”, especialmente debido a las inequidades que hay en la sociedad.
“Durante décadas, el Día Mundial del SIDA ha sido reconocido como una oportunidad para que las personas de todo el mundo se unan en la lucha contra el VIH. Este año, en el Día Mundial del SIDA, estamos enfocados en abordar las inequidades y desigualdades en salud y asegurarnos de que las voces de las personas con VIH estén en el centro de nuestro trabajo para poner fin a la epidemia del VIH a nivel mundial”, advirtió en mandatario.
Biden recordó con dolor, que el Sida ha matado a 36 millones de personas, incluyendo a 700,000 estadounidenses, y aseguró que seguirán protegiendo a los 38 millones de personas que se estima viven con VIH en el planeta, especialmente con los desafíos que implica la pandemia del COVID.
“La pandemia también interrumpió la investigación sobre el VIH y destacó el trabajo que aún queda por lograr para lograr un acceso equitativo a la prevención, la atención y el tratamiento del VIH en todas las comunidades, en particular para las comunidades de color, las adolescentes y mujeres jóvenes y la comunidad LGBTQI+”, mencionó el Presidente.
El jefe de la Casa Blanca afirmó también que su Administración está firme en impulsar esfuerzos para “poner fin a la epidemia del VIH, enfrentar los sistemas y políticas que perpetúan las arraigadas inequidades en salud y construir un mundo más saludable para todas las personas”.
Asimismo, reveló que dentro del presupuesto próximo, incluyó una solicitud para invertir $670 millones para el programa “Poner fin a la epidemia del VIH en los EE.UU”, que busca reducir los diagnósticos de VIH y las muertes.
“Mi Administración está comprometida a ayudar al mundo a poner fin a la epidemia del SIDA como una amenaza para la salud pública para el 2030. A través del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR), hemos salvado más de 21 millones de vidas, prevenido millones de infecciones por VIH y apoyó al menos a 20 países de todo el mundo para lograr el control de la epidemia del VIH o sus ambiciosos objetivos de tratamiento del VIH”.