Bessie Coleman, es la primera mujer afroamericana y nativa americana que se convirtió en piloto. Este 26 de enero, Google Doodle celebrar su cumpleaños número 125.
Coleman, creció en Texas, leyó sobre el vuelo de los hermanos Wright y la primera piloto estadounidense, Harriet Quimby, durante su infancia. Desde entonces empezó a soñar con volar un avión. Ella ahorró dinero y venció las barreras raciales y sociales para lograr su sueño.
La joven soñadora creció en la pobreza e hizo una promesa de que algún día sería conocida como “la mejor mujer piloto en el mundo”
Lo que tienes que saber:
1. Coleman caminaba 4 millas diario para ir a la escuela y ayudaba a sus padres en la cosecha de algodón
Elizabeth “Bessie” Coleman nació un 26 de enero de 1892, en Atlanta, Texas, de acuerdo a su biografía en la página web creada en su honor por su familia.
Ella era la número 10 de 13 hermanos, todos hijos de George y Susan Coleman. Su padre que era mitad Cherokee y mitad afroamericano, y su madre era afroamericana. Ambos se dedicaban a la cosecha. Ellos se mudaron a Waxahachie, Texas, cuando Bessie tenía 2 añitos.
Coleman tenía que caminar cuatro millas para llegar a su escuela todos los días, la cual era segregada y todos estaban en un sólo salón. Ella también ayudaba a sus padres en la cosecha de algodón, según con su biografía. Su padre regreso al “territorio indio” en Oklahoma cuando ella tenía 7, por lo que pasó la mayor parte de su niñez con su madre.
“Debido a que ella nació con muchas ganas de superarse, Coleman era muy buena en la lectura. Su madre se aseguraba que sus hijos aprovechen las bibliotecas ambulantes que pasaban por su pueblo dos o tres veces al año”, dice su biografía.
Coleman estudió la secundaria en la Iglesia Bautista Misionera, y luego fue aceptada en la universidad para personas de color llamada Oklahoma Colored Agricultural and Normal University, ahora conocida como la Universidad Langston. Ella estudió un año, antes de que tuviera que abandonar la universidad y volver a casa.
En 1915, a los 23 años de edad, decidió trasladarse a Chicago para perseguir sus sueños de vivir una vida mejor.
2. Escuelas de aviación americanas no la aceptaban en su institución por su color y género, por lo que se fue a estudiar a París
Mientras que vivía en Chicago, Coleman ahorró suficiente dinero para asistir a la escuela de aviación. Pero las escuelas de vuelo estadounidenses no la admitirían por su raza y de género.
Por lo tanto, Coleman, siguió el consejo del editor Robert Abbott de Chicago Defender, se fue a estudiar a Francia, según PBS’ American Experience:
Coleman aprendió francés en la escuela Berlitz en Chicago, retiró los ahorros que había acumulado desde su trabajo como manicurista y gerente de un chili parlor, y con el apoyo financiero adicional de Abbott y otro empresario afroamericano, se fue a París desde Nueva York el 20 de noviembre de 1920. A Coleman le tomó siete meses para aprender a volar. Ella fue la única estudiante de raza negra en su clase, ella aprendió a volar en un avión de 27 pies que era conocido por fallar con frecuencia, a veces en el aire. Durante su formación Coleman fue testigo de la muerte de un compañero de estudios en un accidente de aviación, que ello lo describió como un “golpe terrible” a sus nervios. Pero el accidente no impidió que ella: En junio de 1921, la Federación Aeronáutica Internacional le conceda una licencia de piloto internacional.
Ella se convirtió en el primer afroamericano, y también el primer nativo americano, mujer en recibir una licencia de piloto.
3. Ella se convirtió en una acrobata en el aire y se ganó el apodo de “Reina Bess”
Al regresar de la escuela de vuelo de Francia en 1921, Coleman se dio cuenta que podía ganar dinero haciendo trucos en el aire para entretener a la gente. Pero necesitaba más entrenamiento para aprender, y de nuevo no pudo encontrar a nadie para que le enseñe en América, así que regresó a Francia por un año.
En 1922, Coleman comenzó a trabajar como piloto de acrobacias en todo el país realizando “acrobacia aérea, caminar sobre el ala y paracaidismo”, de acuerdo con BessieColeman.org.
Ella sólo realizaba acrobacias aéreas si el público estaba desagregado, según el Salón Nacional de la Fama de la Aviación.
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Coleman se ganó el apodo de “Reina Bess” y atrajo a grandes multitudes a sus espectáculos. Ella también daba conferencias acerca de volar en diversos lugares del país, a menudo al público era de raza negra que en ese tiempo no sabían mucho sobre aviación.
En 1923, Coleman sobrevivió un accidente aéreo, poco después de ahorrar suficiente dinero para compara su propio avión. Frente a 10,000 personas, el motor de su avioneta falló y se fue de picada contra el piso. Ella sufrió algunas costillas rotas, una pierna rota y multiples heridas.
Después del accidente, Coleman le dijo a los reporteros que “le digan al mundo que ella volverá”.
Ella fue dada de alta del hospital tres meses después después del accidente y volvió alzar vuelo.
4. Ella murió trágicamente durante una practica cuando tenia 34 años
Coleman murió trágicamente en un accidente durante un ensayo en Jacksonville, Florida, el 30 de abril de 1926, de acuerdo con el Salón Nacional de la Fama de la Aviación. Sólo tenía 34. Su mecánico y agente de publicidad, William Wills, también murió en el accidente.
El avión que estaba volando apenas se lo había comprado, y su dueño anterior no le había dado un buen mantenimiento. Wills estaba volando el avión y Coleman no tenía puesto el cinturón de seguridad cuando se preparaba para un salto en paracaídas.
A unos 10 minutos de vuelo, el avión se fue de picada y se dio la vuelta. Coleman fue arrojada desde el avión a 2,000 pies y murió al impactar con el suelo.
Wills no pudo recuperar el control y murió en el accidente. El accidente fue causado por una herramienta que se había deslizado en la caja de cambios, y se atoro.
“Cinco mil personas asistieron a una ceremonia conmemorativa para Bessie en Orlando. Se estima que 15,000 personas brindaron sus respetos en Chicago – en el entierro de la niña de Texas que soñaba con una vida mejor mientras se recogía algodón en los albores en el siglo 20”, según el Salón Nacional de la Fama de la Aviación
5. Coleman que planeaba construir una escuela de aviación para la gente de raza negra, inspiró a otros para soñaran
Coleman había soñado con la construcción de una escuela de vuelo para entrenar a los futuros pilotos de raza negra. Ella estaba ahorrando dinero de sus espectáculos para financiar la escuela.
“Coleman era firme en su objetivo principal de la apertura de una escuela de vuelo para los afroamericanos. Ella sabía que a menos que alguien con dinero la ayudará con su visión, ella tendría que financiar la escuela por sí misma”, informa BessieColeman.org. “Ella era una mujer moderna en un mundo no tan moderno. Por los estándares de la época, ella tenia que estar casada, en su hogar cuidando hijos y en la cocina”.
Aunque su vida fue trágicamente interrumpida antes de que pudiera lograr su objetivo, su historia y sus logros han inspirado a generaciones.
“Debido a Bessie Coleman, hemos superado lo que era peor que las barreras raciales. Hemos superado las barreras dentro de nosotros mismos y se han atrevido a soñar”, dijo el teniente William J. Powell, él mismo un pionero de la aviación.
Coleman fue honrada con un sello como parte de celebrar la herencia afroamericana por el Servicio Postal de Estados Unidos en 1995.
Su legado ha sido honrado en varios lugares que llevan su nombre, incluyendo la biblioteca pública de Chicago, las carreteras en el aeropuerto O’Hare de Chicago, la rotonda en el Aeropuerto de Niza en Francia, la Escuela Media Bessie Coleman en Cedar Hill Texas y Bessie Coleman bulevar en Waxahachie, Texas.
Ella fue incluida en el Salón de la Fama Nacional de Aviación en 2006.