El amigo de Klug, Lance Giroux, le dijo a CBS de Los Ángeles que, "los niños les encantó trabajar con él porque era un coach bueno." Un profesor de biología integrativa y fisiología, Alan Garfinkel, le dijo al diario Los Angeles Times, "Estoy absolutamente devastado. No se puede pedir un chico mejor, más suave, más dulce y más apoyador que William Klug."