¡Arrepentios y creed en el evangelio! son las palabras con las cuales se acompañara la imposición de la ceniza este próximo miércoles 22 de febrero de 2023.
Con la celebración litúrgica del miércoles de ceniza se da inicio a una estación espiritual de cuarenta días, en donde todos los creyentes de Dios y su hijo, deben preparar su cuerpo, su alma y su corazón para recibir el domingo de pascua la nueva venida de Jesús en su resurrección.
Esta día nos invita a la conversión, para recordar que somos humildes ante el poder del creador, que nos esculpió del polvo, pero que al polvo nos devuelve cuando finalice nuestra existencia y nos sorprenda la muerte.
En este efímero y frágil tránsito por la vida, Dios quiere que sus hijos sean dignos de su amor, de su protección, y para ello nos pide que vivamos una vida cristiana recordando y viviendo todo lo que su enviado en la tierra hizo, padeció y sacrifico para podernos salvar.
Agradecer a Jesús por haber dado su vida por nosotros, nos invita a que emulemos sus vivencias, practiquemos algunas de sus enseñanzas, y que seamos multiplicadores de sus obras y de su palabra.
Ayuno y abstinencia: Tradiciones del miércoles de ceniza
El ayuno y la abstinencia es una obligación de la Iglesia Católica para todas aquellas personas que quieran voluntariamente seguir a Cristo. En términos teóricos es muy sencillo: el ayuno significa renunciar a la comida, y la abstinencia renunciar a comer carne.
Se le pide ayunar a las personas desde los 18 hasta los 59 años. Y esto implica no comer entre horas y hacer una sola comida al día. De acuerdo United States Conference of Catholic Bishops, con cuando se decide ayunar, se le permite a la persona comer una comida completa, así como dos comidas más pequeñas que juntas no equivalgan a una comida completa.
La abstinencia implica a partir de los 14 años de edad y hasta la vida eterna. Consiste en no comer carne y se realiza el miércoles de ceniza, el viernes santo y todos los viernes de cuaresma -aunque la Iglesia recomienda extenderlo a todo el año- Esta renuncia tiene un sentido y hay que entenderlo para vivirlo correctamente. Lo importante no es el hecho de no comer o no comer carne -aunque también es importante-, sino entender que este acto se realiza como penitencia, y para acercarse un poco a eso que estamos viviendo: la fiesta más importante para los católicos: la pasión y la resurrección de Jesús, de acuerdo con el portal Religión.
“Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan.” Dijo Jesús, según el evangelio de Mateo 6,1-6.16-18.
De hecho el código canónico consigna de acuerdo con publicación de Catholic, que la Iglesia establece unos tiempos de penitencia que incluyen el ayuno y la abstinencia. Pero se debe tener en cuenta que los fieles están obligados cada uno “a su modo”: las prácticas que se establecen no dispensan de la obligación de hacer penitencia, la cual es personal, y no se debería limitar a las pocas prácticas comunes a todos los católicos.
Y, sobre las personas mayores de edad, de los 59 años en adelante, el mismo establece que estas personas están exentas de ayunar, pero que si están obligadas a abstenerse de comer carne.
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