Este miércoles 22 de febrero, la iglesia católica festeja como todos los años uno de los días litúrgicos más importantes dentro de la vida cristiana: El Miércoles de Ceniza 2023.
A partir de esta fecha, todos los fieles y seguidores de Cristo comienzan una etapa de 40 días, durante los cuales la oración, el ayuno y la limosna se constituyen en las herramientas más importantes para poder recibir en una vida renovada la pascua del señor.
En este día mediante una celebración contenida en el Misal Romano, los sacerdotes imponen durante la liturgia una marca de ceniza en forma de cruz en la frente de cada uno de los fieles que asisten al templo de Dios durante esta jornada. Al momento de pasar junto a los apóstoles de Cristo en la Tierra, estos enuncian la frase: “Polvo eres, y en polvo te has de convertir”, o “Arrepiéntete y cree en el evangelio”.
Pero, ¿qué significan estas palabras?
Pues bien, estas palabras son sacadas de las sagradas escrituras de la Biblia, del libro de Genesis 3:19, y del libro de Marcos 1, 15. Dos frases duras, pero reales, que llegan al alma y al corazón, porque recuerdan a los fieles que, aunque no lo quieran, desde el más humilde hasta el más poderoso, irremediablemente morirá. Son el recuerdo verdadero de que todos acabaremos convertidos en polvo de la tierra, de acuerdo con Catholic.
El origen del hombre: Remontándonos al inicio de la creación, la Biblia narra como en el sexto día Dios se propuso dar forma al primer hombre y a la primera mujer: Adán y Eva.
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las fieras campestres y los reptiles de la tierra . Dios creó al hombre formándolo del polvo de la tierra; del barro lo formó. Dios le sopló su aliento en la nariz y le dio vida. De Dios mismo recibió el hombre ese aliento vital que nos hace vivir, y ser criaturas capaces de percibir su voz. A este primer hombre Dios le puso el nombre de Adán, que significa “el hombre”.
Pero, Dios, el Señor, dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a darle otro que le ayude y le haga compañía; uno que sea de su misma especie”. Dios, hizo caer al hombre en un sueño profundo, para que no sintiese ni se diese cuenta de nada, le quitó una costilla, y le rellenó el hueco con carne. De la costilla hizo una mujer, y la presentó al hombre.
Entonces el hombre exclamó: “Esta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Una compañera igual que yo”. A la mujer Dios le puso Eva, que significa “la que da la vida”. Ambos hombre y mujer iban desnudos por el jardín y no se avergonzaban, según Gobierno de Canarias.
Sin embargo, el creador universal les advirtió que les había dado un paraíso para vivir, pero de caer en tentación y cometer pecado las consecuencias no se harían esperar. La desobediencia llevó a Adán a dejarse llevar por la tentación de la serpiente para que comiera del árbol prohibido.
“Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: «Por esto que has hecho, ¡maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo! ¡Te arrastrarás sobre tu vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida! Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón. A la mujer le dijo: Aumentaré en gran manera los dolores cuando des a luz tus hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él te dominará. Al hombre le dijo: «Puesto que accediste a lo que te dijo tu mujer, y comiste del árbol del que te ordené que no comieras, maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Te producirá espinos y cardos, y comerás hierbas del campo. Comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo volverás”
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