Este domingo se llevó a cabo una nueva edición del Super Bowl, y además de la garra que le metieron al juego los San Francisco 49 y los Chiefs de Kansas, Jennifer López y Shakira se robaron el show con un magistral espectáculo, donde trajeron sobre el escenario lo mejor de su repertorio y dieron un banquete de sensualidad.
Pero el mérito de las dos intérpretes no se quedó en haber sido elegidas para protagonizar un evento en el que han estado figuras de la talla de Michael Jackson, Mariah Carey, Beyonce, Prince, Lady Gaga y Janet Jackson sino en lo que ello significó.
La Diva de El Bronx y la colombiana hicieron historia, pues fue la primera vez que el número central fue hecho por puro talento latino. Hasta el idioma español brilló en el estadio de Miami, pues varios de los temas que se interpretaron fueron en esa lengua y en un par de ocasiones, incluido el cierre del show, la palabra “Gracias” se robó el protagonismo.
El numerito fue abierto por la barranquillera, quien ataviada en un sencillo vestido rojo que puso en despliegue sus atributos, le imprimió mucha fuerza al estadio. Luego vinieron temas como “She Wolf”, “Whenever, Wherever” y “Hips Don’t Lie” y además de los movimientos sensuales de la mujer piqué, Bad Bunny fue la gran sorpresa.
Despues apareció Jennifer López en escena, con un atuendo negro y le subió aun más el puntaje al show con un remix de canciones como “Jenny from the Block”, “Ain’t it Funny”, “Get Right” y “Waiting for Tonigh”, y su gran invitado fue el cantante J.Balvin cantando “Que Calor”, “Love Don’t Cost a Thing” y “Mi Gente”.
La presencia de J Balvin y Bad Bunny fueron entendidas como una estrategia para acabar de reafirmar la fuerza latina y el talento de los colombianos y puertorriqueños en el escenario.
Al final Shakira y J.Lo se unieron en una sola voz y terminaron el show haciendo movimientos de espladas y se sumieron en un gran abrazo.
Ellas se fueron y dejaron muy en alto el nombre de los latinos y mostraron el poder que la comunidad hispana tiene en Estados Unidos.