Daniella Navarro y el procedimiento estético que casi le quita la vida

Daniella Navarro
Telemundo

Daniella Navarro es conocida por su fuerte personalidad y sus ansias de ganar el premio mayor cuando estaba en La Casa de Los Famosos 2, la venezolana producía un sabor agridulce pero fue una de las favoritas del público al obtener la posición de quinta finalista en la competencia.

Dentro de la casa conocimos la verdadera personalidad de Daniella Navarro , en la curva de la vida, descubrimos su lado más vulnerable y la enfermedad que casi le quita las piernas cuando se encontraba en la dulce espera de su primogénita, afrontando una difícil prueba de salud, por esa razón, la venezolana abrió su corazón con People en Español y cuenta en detalles del procedimiento estético que puso en riego su vida.

Daniella Navarro y su obsesión con ser perfecta

“La gente no entiende que cuando estás en el medio uno quiere tener los estándares de belleza erróneos y en vez de inyectarme las pompis, me inyecté las pantorrillas con supuestamente una sustancia permitida”. Además Navarro aceptó que lo que hizo fue una gran “estupidez” por ser una mujer insegura y desconfiada de su cuerpo.

“Diez años después, cuando salgo embarazada, mis piernas empezaron a deformarse”, confesó Navarro. “Celulitis contagiosa se llama, es como una infección que te da. Estaba embarazada y el tratamiento era consumir esteroides que podrían afectar el feto. Entonces era o mi bebé o las piernas”.

Daniella Navarro casi pierde sus piernas cuando estaba embarazada

Daniela tuvo la dicha de salir embarazada de su hija Urguiella, y su gran inseguridad hizo del pasado que cometiera un grave error con su salud que luego le pasó factura “Yo pasé todo el embarazo con las piernas hinchadas, deformes, con dolor que no me las podían ni tocar. El papá de mi hija me ponía hielitos para calmarme”, además Daniella siempre ha sentido apoyo en su madre Carlota Santodomingo y su gran motivación que es su hija. “Después cuando doy a luz, ellas cedieron”, recuerda sobre sus piernas. “Dije: ‘no pasa nada’. Cuando ella tenía dos años, empeoraron, y me tenían que poner una malla porque la sustancia se podía ir a para el corazón”, cuenta. “Fue una cosa engorrosa, espantosa. Mi hija tenía apenas dos añitos y ahí empezó mi cuadro de depresión, de decir: ‘soy una estúpida, una insegura’, y de lamentar las cosas que uno hace en la juventud”.

Al final también agradeció a su país Venezuela porque fue allá donde pudo buscar solución a su grave problema de salud “Fui a Venezuela y encontré a un doctor maravilloso que ha tratado esa condición y encontré un esteroide al que el cuerpo reacciona”, cuenta Navarro. “Cuando las piernas se me hinchan, me lo tomo. Es un tratamiento que tengo que hacer de por vida. Así tengo cinco años”. Además de agradecer a la vida por su gran transformación que la ha hecho una mujer consciente y agradecía con cada minuto de existencia y con la fe arriesgada a Dios.