De una forma indirecta la población de los tiburones se está viendo amenazada por la pandemia del coronavirus, luego de que las farmacéuticas estén utilizando el Escualeno en la producción de la vacuna contra el Covid-19. El “Escualeno” es un aceite que se encuentra en el hígado de estos depredadores. Se usa para aumentar la eficacia de los fármacos experimentales contra la actual pandemia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay en estos momentos 34 proyectos de vacuna en la fase de evaluación clínica, y 142 que se encuentran en fase previa. La organización Shark Allies, protectora de los escualos, ha podido establecer hasta el momento que 17 vacunas lo utilizan como coayudante y cinco como ingrediente activo de la vacuna, un hecho determinante en lo que podría ser una captura y muerte indiscriminada de esta especie, intensificada en la medida en que se ejerza presión por producir las mimas.
“La producción de Escualeno de tiburón requiere depender de una población de animales salvajes finita. La mayoría de las especies de tiburones ya se encuentran en niveles críticos y no resistirán un aumento en la demanda de una vacuna mundial”, advirtió Shark Allies.
Un aceite muy valioso
El Escualeno es un componente que se encuentra en el aceite de hígado de tiburón, que es agregado a las vacunas a modo de refuerzo en la respuesta inmune. Para obtener una tonelada de este compuesto se necesita matar entre 2.500 y 3.000 tiburones.
Como es evidente el peligro que corre esta especie, la fundadora y directora ejecutiva de Shark Allies, Stefanie Brendl señaló que este compuesto utilizado sobre todo en la industria cosmética, no solo se puede obtener de estos animales, sino que existe otra forma de obtener este compuesto a través de alternativas como las plantas y bacterias, mencionando como ejemplo una empresa californiana que extrae el Escualeno a partir de la caña de azúcar, afirmando que 1.000 millones de dosis de vacunas se pueden elaborar a partir de esta forma en aproximadamente un mes o menos.
“El Escualeno de tiburón no es un ingrediente ‘mágico’ o único. La estructura química (C30H50) del compuesto obtenido del aceite de hígado de tiburón es idéntica a las de las alternativas no animales y su eficacia en vacunas debería ser idéntica”, afirma. Así mismo la funcionaria Brendl pide a las compañías farmacéuticas que no piensen solo en “dólares” sino en el planeta, y aclaró que la nueva campaña de esa organización no es un intento para frenar ni obstaculizar la producción de la vacuna, sino un llamado para experimentar el fármaco con Escualeno de origen vegetal junto con el del tiburón “para que el componente del animal pueda ser reemplazado lo antes posible”.
“Es algo sobre lo que tenemos que adelantarnos, porque nos enfrentamos a muchos años de producción de vacunas, para una población mundial, para muchas más vacunas contra el coronavirus. El verdadero peligro está en lo que esto puede convertirse en el futuro. La dependencia del aceite de tiburón para una vacuna global, es realmente una locura. Un animal salvaje no es una fuente confiable y no puede sostener la presión comercial en curso. La sobrepesca de los tiburones a nivel mundial ya está en niveles críticos”, dijo la activista.
Es difícil de creer pero para algunas compañías, el uso del Escualeno obtenido a partir del tiburón, resulta más económico que obtenerlo a través de un proceso de extracción, esta forma “fácil” a la que recurren sobre todo los países asiáticos, resulta en un desastre ecológico para el planeta y la humanidad, por lo que Shark Allies abrió en la plataforma Change.org una campaña de recolección de firmas en apoyo de un pedido dirigido a las autoridades reguladoras de los Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido, China y a la industria farmacéutica y de atención médica, en procurar evitar la muerte de esta especie.
Hasta el momento se han recolectado 27.000 firmas que piden que se reemplace lo antes posible el Escualeno de tiburón por los de obtención no animal. Según la organización ecologista, usar tiburones como fuente de Escualeno es “corto de miras, de resultados impredecibles y no sostenible” cuando existen alternativas más efectivas que no ponen en peligro a un animal salvaje con una población “finita” que, además, está amenazado por otros motivos “lo barato sale caro”, finaliza esta aliada de los tiburones.